LA CARRETERA DE MONTAÑA MÁS ALTA DEL MUNDO







Mapa de la zona

Quienes subimos montañas detestamos las carreteras que se adentran más arriba de los lugares habitados. Pero nos servimos de ellas sin demasiados escrúpulos “ya que están allí”; y lo hacemos a menudo “porque no queda más remedio” si no queremos caminar por la cuneta.
Pero en alguna de ellas no podemos sino sentirnos culpables como si, de alguna manera, profanáramos un santuario.

Vertiente norte del paso
Es lo que sentí el pasado mes de julio estando en Leh, capital del Tíbet indio, y se presentó la ocasión de visitar el recóndito valle de Nubra, al pie del Karakorum. Un lugar que formó parte de la Ruta de la Seda y que ahora la India retiene a toda costa bajo su control frente a las pretensiones de sus vecinos China y Pakistán. Aún quedan algunos camellos bactrianos condenados a pasear turistas por las dunas de montaña.
Llegué en coche por el paso de Khardung La que pasa por ser, según el Libro Guinness de los Records, la carretera de montaña más alta del mundo. Fue construida en los años setenta del pasado siglo por el ejército indio para abastecer la guerra que mantenían con los pakistaníes por el control del glaciar Siachen. La guerra más alta del mundo.

Aparte el riesgo, inasumible para nuestros estándares occidentales de seguridad, de transitar por una carretera estrecha, sin pavimentar, con constantes derrumbes, hundimientos, corrimientos de tierra, encharcada, embarrada, nevada más arriba, con un infernal tráfico de camiones, coches, motos y bicicletas y, claro, con vertiginosos precipicios donde yacen los restos retorcidos de los vehículos que cayeron antes que el tuyo, además resulta que allí todos conducen al revés y parece que siempre te toca a ti hacerlo por el lado de fuera. Nunca se terminará del todo ni mejorará ostensiblemente porque su permanente pero precario mantenimiento resulta insuficiente para una montaña que la reclama para sí con una rapidez equivalente.
Además de todo esto, está su altura sobre el nivel del mar.
Al coronar el puerto todo el mundo se detiene a mear (abundante diuresis, señal de buena aclimatación) o a vomitar (muy mala) en cualquier rincón, que los urinarios alineados como cabinas telefónicas sobre el precipicio no se han limpiado desde que se abrió al tráfico en 1988. Luego los más entusiastas suben hasta un mirador cubierto de banderas de oración roñosas que se amontonan cortando el paso y entorpeciendo cualquier buena panorámica. Los menos animosos, igual hasta se toman un té en la infame highest cafeteria in the world entre el petardeo y los efluvios del generador a gasoil.

Y todos nos haremos la foto de rigor junto al mojón que indica la altura oficial: 18.380 pies.
Pasado a metros resultan 5.602,2 m.
Mi altímetro sin embargo se empeñado en marcar 5.358 m. por más que le daba golpecitos con el dedo. Hace unos días, pasando el Tanglang La de 17.480 pies marcaba 5.331 m, lo que es rigurosamente exacto. No se equivocaba y por lo tanto la Organización de Carreteras de la Frontera (BRO) del ejército indio que construyó, controla y mantiene el paso, miente sin contemplaciones con tal que no sea otro, y menos el enemigo, quien tenga la  carretera más alta del planeta. El paso Semo La, en el Tíbet ocupado por China, reclama ese título con 5.565 m. ¡Y además lo tienen pavimentado del todo!
Sin embargo tanto unos como otros se equivocan porque, aunque ya no está en uso desde 1993, la carretera que gana a todos de largo no está en India, ni en China, ni tan siquiera en Asia, sino en los Andes del norte de Chile. La explotación de una mina de azufre en el cerro Aucanquilcha llevaba una carretera, transitada por camiones mineros de más de 20 toneladas, hasta casi la cima a … 6.176 m.
La más alta de Europa, cerrada al tráfico particular desde 1989, ha sido la A-395 que aún llega al pico Veleta en Sierra Nevada. 3.367 m. de nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario