CERRO PEÑA VIEJA DEL PISSIS (6.149 m.) S.27°47'16" W.68°44'00"


Cerro porque así llaman en las regiones andinas a sus montañas.
Peña porque sobre todo es rocosa, mejor pedregosa.
Vieja porque el tiempo ha convertido su cumbre en un osario petrificado.
del Pissis, porque esa gran montaña vecina protege su anonimato.

En la cima frente a la cota 6.504
Yo también estuve allí y lo vi es, en el fondo, la justificación del viaje. Si además eres el primero y lo viste antes que nadie, la satisfacción viajera se tiñe un poco de vanidad. Y para quienes hemos hecho de subir montañas un estilo de vida -montañas que otros muchos han subido antes que tú-, alcanzar una que no ha sido hollada todavía permite saltar del yo al ego.
Las difíciles de verdad, hace tiempo que se conquistaron y figuran en el American Alpine Journal con sus perfiles vertiginosos y sus grados estratosféricos. Pero quedan las fáciles, lo que es una esperanza para el ego de los montañeros malos como nosotros. Pero pasa que éstas siguen siendo altas y estando lejos. Costará primero descubrirlas y llegar hasta allí. Y luego subirlas con el aire tan fino a esas alturas, con el agotamiento y el frío.
Así resultó la cumbre 6195 m. de la carta topográfica Monte Pissis 2769-34 del IGM  argentino.

En la Puna de Atacama de los Andes, entre las provincias de La Rioja y Catamarca frontera con Chile, se concentran el mayor número de seismiles de la cordillera. El Pissis, la tercera cima de América, era el objetivo para el que ya llevábamos dos semanas aclimatando en cumbres menores. Al final, la mala logística de los campamentos y -¡qué demonios!- sus casi siete mil metros y la soledad lunar de la zona resultaron excesivas para nosotros.

O PICO DAS ILHAS AZUIS

Isla de Pico. Russell & Purrington. Grabado del s. XIX.

La montaña más alta de Portugal está en mitad del océano.

Archipiélago de Azores
El archipiélago de Azores no se llama así, como afirman algunas guías turísticas, por esas aves rapaces. Por más que lo dijera hace mucho el navegante portugués Diogo do Silves, mentía porque al no haber en las islas ningún pequeños mamífero del que alimentarse su existencia era inviable.

La verdad es mucho más sugerente aunque no sirva para que el rey te conceda un azor que colocar en tu blasón: desde la Baja Edad Media se las conoce como las islas “azuis”, porque, al aproximarse a ellas navegando, su exuberante vegetación adquiere una tonalidad azul entre mar y cielo.

Pico desde Faial
El puerto de Horta en la isla de Faial ya no es la base de balleneros que fue. Ahora es escala obligada para otros navegantes, los deportistas que a vela llegan desde el Caribe camino de Europa. Colón lo hizo por primera vez en enero de1493 al regreso de su viaje de descubrimiento, y ya por entonces este archipiélago era el faro europeo en los límites del Mar Tenebroso. Hoy todavía lo es, y por eso quienes lo alcanzan lo celebran, aunque aún les queden 2000 kilómetros de océano por delante.

El Almirante fue aquí retenido unos días por los portugueses temerosos de que, en su búsqueda de una nueva ruta a las Indias por occidente al servicio de Castilla, hubiera logrado su objetivo cuando ellos aún no habían conseguido bordear África yendo por el camino menos aventurado, el del sur.