Cuando las montañas no son suficiente
refugio
La casa de Rins desde la torre 8 de Chajashi (recreación) |
En
el Alto Aragón “la casa” daba nombre
a los miembros de la familia que albergaba más que el propio apellido familiar.
En el entorno hostil y la dura vida de la montaña la casa era la seguridad, el
refugio a veces insuficiente.
Torreón de casa Rins |
Pero
el siglo XVI resultó especialmente convulso en el Alto Aragón y la casa,
cualquier casa, resultó insuficiente.
Durante
el reinado de Felipe II, aciago para sus súbditos del reino de Aragón, la
Ribagorza (en menor medida Sobrarbe y Jacetania) vivió malos tiempos. El
bandolerismo creciente, la insurrección ribagorzana contra el rey y las
incursiones de hugonotes franceses crearon un clima de inseguridad que condujo
a las casas más pudientes a incorporar elementos defensivos a sus
construcciones: aspilleras, matacanes y los llamativos torreones. La mayoría
son prismáticos y solo alguno cilíndrico,
como el que la casa de Rins tiene en su ángulo noroeste.
Rematados
sus diez metros de altura por un tejadillo cónico de losas y con unos cuatro
metros y medio de diámetro, no debió ser más eficaz por su forma curva, pero sí
más original y elegante, por lo que no debe ignorarse su papel de reafirmación
social de una casa dominante.
No
hay muchos torreones como este: casa Mur de Aluján, casa la Abadía y casa Lanao
de Arro, casa Ruba de Fanlo. El resto suman un centenar.
Cuatro
mil kilómetros hacia el este, sobre el mismo paralelo 42º N. en la Alta Svanetia (región caucásica de
Georgia) aún quedan más de doscientas torres defensivas similares.
Torreones de Ushguli |
Cada
clan familiar disponía de un torreón defensivo. Un explorador del siglo XVIII
comentó que los habitantes de la zona “se habían dado cuenta de que la libertad
del individuo prevalece sobre cualquier otra consideración”. Más tarde, un
viajero del siglo XIX escribió que “no habiendo ninguna autoridad local que
hiciera cumplir la ley se recurría constantemente a las armas”.
La
pequeña localidad de Chajashi, la última del valle a 2200 m. de altura tiene
una docena de torres. Se vanagloria de ser el pueblo más alto de Europa… pero
está en Asia, mal que les pese a sus habitantes que son cristianos desde el
siglo IV.
Construidas
en mampostería, todas son cuadrangulares de unos 5 metros de lado, pero muy
esbeltas (hasta 25 metros de altura). Sus muros suelen estar en ligero talud y
se rematan en lo alto con un piso en voladizo sobre arcos y cubierta a dos
aguas de losas.
Valle
abajo, Mestia es otro buen conjunto fortificado. En toda la región se conservan
unas doscientas torres que datan al menos del siglo XII.
Aparte
de los comentarios de los antiguos viajeros, sin duda las razones de ser de
estas construcciones son las mismas que en el Alto Aragón Igual que aquí,
surgieron cuando las montañas ya no fueron suficiente refugio frente a los
salteadores venidos de la llanura, frente al rey de Georgia David IV el
Constructor, frente a los musulmanes vecinos.
Los
svanos las llaman “murkvan” (atalaya).
Qué curioso Rafa, ya hablaremos de esto. Ayer estuve en casa Rins, la familia me acogió como si me conociera de toda la vida,fue un momento increíble. Hacía más de 25 años que no había estado y entonces la casa se estaba cayendo. Los dueños la siguen reconstruyendo desde hace dos décadas, dejándose el alma y el bolsillo, pero se les ve felices y orgullosos de lo que tienen y lo que representa. Ayer pude ver la torre por dentro por primera vez, la han consolidado pero todavía tienen mucho trabajo por hacer allí, tenía cinco pisos aunque ahora solo quedan los travesaños de madera, aún asi, es impresionante, preciosa. Cuando en mayo estuve en Svanetia, en Ushgulili, Mestia, etc, también pensé en la torre de casa Rins y en la de casa Llibernal de Noals, a pesar de que estas son circulares y aquellas cuadradas o rectangulares como uno prefiera. Una sola torre aquí y allá, encanta e impresiona, pero cuando te encuentras con un pueblo lleno de esas torres, te quieres morir ...no tengo palabras para describirlo. Lo dicho, lo hablamos. Por cierto, no sé ni cómo he encontrado este artículo! pero me ha gustado mucho!
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