En la cámara sepulcral del dolmen de La Cabaña (Sargentes de Lora, Burgos) |
El páramo de la Lora ha sido un descubrimiento. Situado a más de mil metros de altura, cuando se alcanza desde Valderredible aparece por sorpresa como una Patagonia en miniatura. Árido, frío y ventoso.
Sorprende pasar, tras la dura pista que remonta el talud de la meseta, desde San Martín de Elines en la feraz ribera del Alto Ebro, verde y románica, al páramo desolado; el de las cornudas vacas hambrientas que buscan el último brote de hierba, el de los dólmenes de corredor neolíticos que nadie visita, el de los ancestrales pozos de petróleo que aún bombean un crudo escaso y malo, el de los pueblos moribundos o ya muertos como Lorilla, el de los campos de aerogeneradores como girasoles lunares.
Todo esto fuimos descubriendo en nuestra apacible jornada en BTT del arranque del otoño encontrada en Wikiloc: camino del Ebro y la Lora. (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3531806)
Pero de repente ¡zas! En toda la boca. Se acabó la prosa poética.
¡No podía ser!:
Una alambrada nos separaba de lo que, a primera vista, parecía una carretera llana, recta y ancha, muy ancha. Había aparecido de repente y, tras cientos de metros terminaba de la misma manera.
¡Otro más, no!
La misma alambrada, también cerraba el otro lado de la pista y algunos edificios de madera, uno en forma de torre, nos resultaban familiares.
¡Y también abandonado!
Pero encima, de éste nadie sabía nada.
Pista del aeródromo de Valderredible entre los aerogeneradores
(foto Pamanius)
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Nunca ha aterrizado un avión. Alguien pensó en usarlo de base para helicópteros contra incendios, pero de casi todos es sabido que estos aparatos tienen la singularidad de posarse en cualquier parte. Finalmente otro ha tenido la ocurrencia de usarlo para drones.
¡Qué país!... para recorrerlo en bici.
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